viernes, 23 de noviembre de 2007

On doit pas s'éloigner...


Al otro lado del auricular había un alma gemela que lloraba a la añoranza a miles de kilómetros de distancia. Petra escuchaba cómo las lágrimas se estrepitaban una a una contra el congelado suelo de angustia.
Había sido muy dura, quizás había atestado el golpe más bajo que se pudiera dar. No pudo evitarlo. Las palabras empañadas por el desconcierto se atropellaron por su garganta y cayeron de su boca sin que nadie ni nada pudiesen evitarlo.
La respiración entrecortada por la tristeza del interlocutor le rompían el corazón de un modo colosal. He ahí el resultado de sus acciones.
En aquel momento, se necesitaron más que nunca. Querían llorarse cara a cara, querían mirarse a los ojos y abrazarse, querían escuchar una canción dedicada a tiempos mejores, se querían el uno al otro...
Aquella noche moriría para volver a nacer. Pero eso no le hacía sentirse mejor.

"Pareces triste" alguien se aventuró a decir en la penumbra. Eran esos ojos brillantes que tanto optimismo desbordaban.
"¿Yo? No..." dijo Petra dándose la vuelta respirando su propio lloro.
Entonces él, sin llegar a darse cuenta de lo que sucedía, continuó tarareando esa canción.

martes, 20 de noviembre de 2007

Me alegro tanto de todo


Somos sólo cinco. Cuando falta uno, queda un espacio tan vacío, que nos tuvimos que comprar un pelele para no sentirnos tan solos.
En realidad, no tenemos nada que ver los unos con los otros. Me explico:

-La señorita E. es una chica silenciosa, que pasa desapercibida. Cuando se pone el sol, se metamorfosea (de metamorfosis de Kafka, no de Power Rangers) y no deja de hablar sobre lo que le ronda por la cabeza, sus incomprensiones, de como es ella. A menudo discutimos. Suelen ser tonterías, pero alguna vez nos hemos gritado. ¿Final? Siempre feliz, con un abrazo honesto.
-El señorito J. ha descubierto de erasmus que puede ser muy extrovertido con la gente que no conoce. Eso le ha hecho muy feliz, pues ha cruzado una gran barrera. Es una persona muy pausada (no diré "lenta") y no aguanta las dictaduras cinéfilas. Creo que sus melenas es lo que hacen que sea el terror de las nenas.
-La señorita C., como bien le hemos dicho, ha supuesto una grandiosa sorpresa para todos. Bajo esa careta glamourosa, apareció la friki por excelencia, la que más frases de los Simpson se sabe, la que más se ríe con las coñas de Muchachada Nui (Hora Chanante, nunca te olvidaremos) y la que más nos hace reír. Y por si fuera poco, está siempre ahí... Bueno, como todos...
-El señorito I. (o S., según como se mire) llegó un poquitín más tarde. Va encontrando su sitio poco a poco, hasta que llegue el momento en que me pegue collejas educativas. Se pregunta a todas horas por quién fue el que marcó el hecho de que Led Zeppelin sean un grupo bueno y busca siempre el por qué de ver setenta y siete veces una peli que ya hemos visto. Lo acabará comprendiendo...

No tienen nada que ver conmigo, es por ello que me complementan. Será por eso por lo que me siento tan bien...

jueves, 15 de noviembre de 2007

Pourquoi pas?

Petra caminaba por la mañana despejada y templada con unas ojeras sin fecha de caducidad . Debía de estar más radiante que nunca, pues la gente la miraba y le lanzaba una sonrisa fresca, jovial.
La brisa la hacía estar más espabilada que nunca, a pesar de haber dormido unas tres horas y cincuenta y seis minutos. ¿Y qué si había dormido poco? ¿Acaso eso le importaba en esos momentos?
Los niños correteaban alegremente ajenos al mundo que les rodeaba. Reían y respiraban extasiados de tanta velocidad. Se divertían tanto... AL fin y al cabo. eran niños.
Petra escuchaba música alegre porque había salido el sol después de mucho mucho tiempo (casi se había olvidado de él). Los rayos le cegaban, pero no le molestaba en absoluto. La música era tan alegre, que Petra sólo quería salir corriendo e invitar a todos los paseantes a bailar con ella.
En el fondo, todo le parecía extraño, diferente y nuevo. Pero... ¿Y qué si todo le parecía extraño, diferente y nuevo? ¿Acaso eso le importaba en esos momentos?

viernes, 9 de noviembre de 2007

Alguien me dijo una vez que no deberíamos preguntarnos jamás ¿Y si...?

¿Y si alguien que no conoces te envía una postal desde Thailandia y te dice que la tierra mojada es un bien material?
¿Y si mis vecinos de arriba no tuvieran una vida sexual tan activa?
¿Y si ayer no me hubieran dedicado Karma Police con un abrazo?
¿Y si un día te mueres por otra intoxicación de brécol?
¿Y si vas por la calle y un fotógrafo te dijera "Eres lo que llevo buscando durante toda mi vida"?
¿Y qué pasaría si un día fueras a clase y las aceras aún no estuvieran puestas?
¿Y si alguien te dejara una nota en el pupitre que pusiera "Où et quand"?
¿Y si os dijera que tengo ganas de ir a casa pero todavía no?
¿Y cómo reaccionaríais si os topárais con un adolescente por la calle que se muere de síndrome de Stendhal?

martes, 6 de noviembre de 2007

París. Monotema. La torre Eiffel









Mesdames et messieurs, hoy empezaré a relatarles la odisea parisina en la que se embarcaron 5 osados garçons et filles de diferentes puntos de la geografía ibérica.
No resultó nada sencillo: hoteles desaparecidos, hoteles completos, hoteles cuyos precios ascienden más allá de las capas atmosféricas, albergues juveniles que salvan vidas, heridas en los pies, nubes amenazadoras, coches que atropellan.
Sin embargo, estos jóvenes aventureros ¿no? perdieron en ningún momento la fe y decidieron continuar su camino del ninja hasta el final de los finales. Decidieron que ¡ninguna mujer de avanzada edad los volvería a engañar! El hecho de que la torre Eiffel apareciera en los momentos más insospechados los mantenía muy vivos y nerviosos. De ella empezaré a hablar hoy: la majestuosa torre Eiffel.

No con poco sufrimiento, el equipo Tararí más 1 se tropezó con un cartel que ponía: Place du Trocadéro et du 11-Novembre. A todos se les abrieron los ojos como platos y más de uno echó a correr para ver lo que tanto esperaban. Había unas ondas electromagnéticas que los atraía cada vez más, cada vez más, cada vez más, casi hasta que los enloqueció.
La explanada de unos 7364203489204 km2 albergaba un ejército de fotógrafos ruidosos (llamados turistas sedientos de monumentos), más ávidos por hacer una foto que por quedarse mirando algo realmente impactante: una torre que los observaba, los pretendía seducir con sus curvas femeninas.
Todos se quedaron mudos, ciegos o sordomudos ante tal envergadura y quisieron llorar. ¿Por qué llorar? Ojalá se pudiera explicar. Es simplemente cuestión de sentarse y mirar.
Nuestros valientes amigos bajaron corriendo las escaleras de la plaza para poder acercarse a la señora de las construcciones metálicas hasta tal punto que el cuello se les rompió y tuvieron que coserlo con hilo y aguja.
Pero la historia no terminaba aquí, algunos de ellos decidieron dar unos pasos más (exactamente 700 escalones) e intentar coronar aquello que les hacía palidecer de arriba a abajo. Muchos eran los que intentaban, con sus malignos hechizos, echarlos para atrás para que no lo intentaran. Pero fue todo en valde. Esperando durante una hora en una cola de gacelas, rinocerontes, tiranosaurios rex y algún que otro suricato, llegaron a la entrada. "Un pequeño escalón para nosotros, una gran grada para nuestras perversas vidas".Subiendo y subiendo se encontraron una extensa variedad de la fauna mundial que se sentía un poquito más feliz al ver a las multitudes a sus pies cuales hormiguitas obreras.
Pero no todo era felicidad, pues los tres jovenzuelos llegaron al segundo nivel de doña torredemillonesdeescalones para darse cuenta de que una enorme esfinge bloqueaba el acceso a lo más alto. Les propuso unas cuantas adivinanzas que nuestros compañeros se negaron a contestar, pues les pareció un acto de mala voluntad bajo los efectos de la neblina. Así que decidieron volver a bajar. Para su sorpresa, observaron los cadáveres de muchos escaladores que milenios antes decidieron llevar a cabo la misma aventura, sólo que, por aquel entonces, las tecnologías escaladuriles no eran lo que hoy en día son. Pero en cuanto bajaron otra vez a la dulce realidad de París, una sensación de beneplácito los embargó hasta las mismas pupilas. Habían conseguido mucho más de lo que jamás se habían propuesto. Ahora podrían continuar su viaje tranquilos, más jóvenes y experimentados, más frescos. Lo que no sabían eran las muchísimas más aventuras que les depararía la travesía parisina... Lo que no podían evitar era echar un "último" vistazo hacia atrás para abrazar la imagen de la Madame Eiffel.
Et hop.

jueves, 1 de noviembre de 2007

¿Sabías que la nuca...?

La nuca es una de las partes del cuerpo más sensibles a los estímulos. A la mínima, la nuca [una de las partes del cuerpo más sensibles a los estímulos] comienza a ejecutar una serie de respuestas físicas dependiendo siempre del estímulo e intensidad.
Tenemos varios tipos de estímulos con sus respectivas consecuencias:

a) Colleja. El Monsieur escozor con su incondicional amante Madamme Rojez Cutánea, juntos vayan a donde vayan.

b) Caricia. Una intensa sensación de confort que se desliza por toda su superficie de izquierda a derecha. Una delicatessen de las sensaciones.

c)Mordisco. Deleznable pinchazo que se extiende por toda la nuca [una de las partes mas sensibles del cuerpo], sube hasta el encéfalo y baja hasta el estómago en apenas una milésima de segundo. Según los expertos, toda una explosión de sabores. Cada loco con su tema.

d)Beso. Quizás sea la más difícil de explicar por su alto contenido emotivo. Previo levantamiento del vello nuquil acompasado con una encarnizada piel de gallina (clueca, por supuesto) y rematado con unas pinceladas de escalofríos fríos. Toda una experiencia.

e)Aguja de tatuador. Alto nivel de dolorosidad al tratarse del mundialmenteconocido triángulo de la muerte. Los resultados son demoledores. Quienes lo han experimentado aseguran que merece la pena. Incluso hay un alto porcentaje de nucas tatuadas que confiesan el deseo de borrarse la obra de arte con goma de borrar de boli para volver al proceso.


Et, cette fois, voilà.