viernes, 28 de diciembre de 2007

¿Miedo? Yo soy de una casta de valientes



Lo malo del miedo infantil es que puede regresar en el momento más inesperado, con las luces de toda la casa encendida y de espaldas a la puerta. Basta con cerrar los ojos e imaginar la sombra de Nosferatu acechando en tu mente. ¿No se te ponen los pelos como escarpias? Lo más probable es que sí y que incluso notes humedad en los lagrimales. Es el miedo puro, el que te hace darte la vuelta sobresaltado y percatarte de que estar solo en una habitación es mucho más siniestro que acompañado de sonidos.
¿Cómo escapar del miedo a estas alturas? De pequeña me tapaba la cara con una almohadita (si me tapo, el mal se va, soy muy poderosa. Pero si me la arrebatan... No sé qué será de mí.). Había niños que se iban a dormir a la cama de sus papás después de haber gritado durante 1 minuto y medio... Pero con 20 años, a pesar de la experiencia, parece que nos quedáramos sin ideas, imaginación y demás cosas propias de la inocencia. ¡Pues qué lástima!
Quizá sea hora de buscar a la almohadita en el baúl de los recuerdos.



Gracias mil al chico que envía postales navideñas sin un solo dibujo típico de dichas fechas.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Je suis là!


Como si de un niño que acabara de descubrir la inmensidad del mar se tratara, llegué por fin a Auria.
Todo tan nuevo y conocido, todo tan extraño y cotidiano.
Se me hace raro estar aquí después de tantas horas dedicadas a Francia. Parece que llevara tres meses durmiendo y acabara de despertar: 90 y tantos días de existencia nula aquí, pero todo en su sitio, como si nada hubiera pasado.
Es extraño, ¿no? Un nuevo sentimiento a descubrir.
Pero como diría alguien "qui me manque beaucoup": [Eh, c'est pas très grave]


Retournée chez moi.

jueves, 20 de diciembre de 2007

El fin de una etapa


No puedo evitar estremecerme en estos momentos, cuando la vida cotidiana se ha vaciado en casi un 90%.
Rennes llora su ausencia. Yo la consuelo, en vano. No nos engañemos, está mustia sin ellos.
Según alguien, este es el fin de una pequeña etapa. ¡Cuánto fatalismo callejero! Queda mucho por vivir todavía... Pero si tan extrañas nos sentimos la ciudad y yo a estas alturas, ¿qué será de nosotras en junio?
No lo pensemos. Ahora llega la navidad y es la hora de brindar por nuestra nueva vida.
¡Chin chin!


Por ti, Rennes.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

The Frail

Escuchadla. Cada una de sus notas. Cada uno de sus sonidos. Interiorizarlos. Cerrad los ojos. Vuestra aventura empieza aquí...


NOTA A PIE: La mierda de blogger no me deja quitar el vídeo de arriba, que es NIN interpretando The Frail. Lo que yo pretendía era poneros solamente este tema y lo encontré interpretado por un espontáneo youtubero. Para esta práctica, necesito que escuchéis la versión del segundo vídeo, aunque os insto a que escuchéis al auténtico Trent Reznor. :) (Perdóname Jenchel)


Un caserón. Oscuro. Abandonado. Como esos que se describen en las novelas góticas. De esos que vivieron tiempos mejores. Cuyas paredes guardan secretos remotos, remotísimos. Cuyos ecos se convierten en lamentos del pasado...
Con estos pensamientos tan livianos, me sumergí esta noche en un sopor templado con pequeñas gotitas de melancolía por algo que está por llegar.

Three days...

viernes, 14 de diciembre de 2007

-Esta chica es muy bizarra - dijo Jose

Frustración.
¿Es eso que se siente cuando sabes que ES pero no podrá pasar nunca?
No lo siento así, realmente. Quizás sea resignación... Es probable.
No llega a entristecerme. Me melancoliza un rato. Luego se pasa y sigo mi ruta.
No llego a perder el tiempo, me entretengo y distraigo con las piedras del camino.





Karma Police, arrest this girl...

jueves, 13 de diciembre de 2007

Tres son los meses

Lo pequeña que parecía el día 13 de septiembre cuando miraba hacia atrás en la T4 y veía, entre lágrimas, cómo mi madre me intentaba buscar en la marea de gente en la que me encontraba.
Mi mochila era cien veces más grande que yo y pesaba 20 demonios juntos.
Y ahora, tres meses después, me veo una persona un poco más fuerte e independiente (a pesar de que los exámenes acaben conmigo).
Pero hasta ayer, me faltaba una cosa por hacer en Francia: el Ratatouille. Desde aquel día de verano en que al señorito M. se le saltaron las gotitas en el cine, yo me proponía un nuevo camino del ninja, el comer Ratatouille. Y no fue porque no me esforzara en buscarlo, pero todo ser humano acaba desistiendo.
Pero como en los cuentos siempre hay un "pero" que cambia el curso de la historia, ahí va el mío.
Pero ayer sucedió algo inaudito. Quizás sea un poco exagerado el adjetivo, pero lo fue tanto como mi reacción en el comedor al ver un cartelito que ponía:

MENU
  • Poulet
  • Steak haché
  • Frankfurt
  • Frites
  • Ratatouille
Antes de visualizarlo, alguien me había dicho que había "una cosa rara de verduras que tiene buena pinta" y yo, echándole un ojo dije "¿A eso le llamas tú buena pinta?" No obstante seguí en la cola y cuando las letras R A T A T O U I L L E emergieron de la nada iluminaron al mismo tiempo mi cara. "¡HAY RATATOUILLE! ¡HAY RATATOUILLE!" Mlle. E, que no acostumbra a hacerlo, expulsó de su caja torácica una carcajada acelerada por la emoción del pisto.
"¡Que no es pisto! ¡Es ratatouille! ¿Es que no lo entiendes?" o "¡ Dios mío es Ratatouille, después de tanto tiempo...!" o "¡Odio Portugal y su historia!" eran las frases predominantes en mi esfera durante esa comida (con razón la gente lanzaba llamaradas en vez de miradas...).
Para mí fue importante, pues dentro de mi lista de cosas por hacer erasmus ya he podido tachar una más (o al menos una). El Ratatouille, no sólo significa "pisto". Es mucho más.
Y colorín colorado, este cuento psicótico-verduril se ha acabado.


Pediría disculpas por no haber actualizado antes. Incluso por la entrada, pero no tengo por qué hacerlo. En mi diario mando yo y ahora mismo en mi vida los exámenes. Que se disculpen ellos por ser tan inoportunos.