jueves, 20 de septiembre de 2007

La petite princesse

La gente de la calle se junta para beber y contar batallitas de tiempos mejores. Se sientan en un banco mientras dan golpes a una pelota en pleno pelotazo. A veces quieren pelearse, pero algún espíritu pacífico no corpóreo hace que se separen y sigan tan campantes.
Si alguien decide sentarse muy cerca de ellos, ten por seguro que se acercarán para hablarle de los tiempos de maricastaña en que los bollos de chocolate eran dulces. A un ser llamado André le encanta ser escuchado, por eso intenta llamar la atención para que sigas siendo testigo de sus palabras. Es genial cuando sus ojos brillan como los de un niño esperando por un caramelo. Debe de hacer mucho tiempo que nadie se interesa por él.
Cuando nos marchamos, repite tu nombre muchas veces, como si se tuviera que asegurar de que sí ha estado hablando con alguien de carne y hueso.

Por esto, y porque ya he tomado contacto con otros erasmus no españoles, me he reído y he hablado con ellos de cosas que me gustan, me siento al 100%. Ya soy Crixu de erasmus.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Monsieur André me recuerda mucho a una amiga mía muy risueña.

Me he quedado traumatizado. ¿Por qué nadie me avisó de que los bollos de chocolate ya no son dulces?

Malagueña Salerosa dijo...

Porque para ti los bollos de chocolates siguen siendo dulces. Nada/nadie los ha cocinado amargos para ti.
Eso es una buena señal.

Anónimo dijo...

Que fuerte la frase con la que concluyes! Me alegro.

P.D. Quiero irme yaaa, que ya estais todos fuera!

Anónimo dijo...

Creo que sólo es suerte. Todos los bollos de chocolate que he probado eran dulces (creo que a la gente que me los podía haber cocinado amargos no les gustaba)

Aunque me han cocinado muchas mas otras cosas amargas, servidas en muchos envoltorios distintos (más de lo que yo hubiese querido)

Quizás por eso últimamente esté a dieta...

Anónimo dijo...

Mírala!!!
que parece hasta un poco franchute ya, con esas maneras tan delicadas de describir! quizá sólo me lo parezca a mí....

decirte que: te echo de menos aunque hasta hoy no nos hubiéramos visto igualmente.

contarte que: fui a la vuelta al cole, me compré plastilina y mi set personal de animal filosófico.

confesarte que: me muero de la envidia más placentera del mundo leyendo tu blog.

avisarte de: que cuando llegue a tu buzón gabacho un sobre rojo, seré yo, así que léelo con un chocolat de esos tan superlativos para disfrutarla más.

demás reflexiones para el mundo postal tradicional.
ourense no se mueve, para que no te pierdas al volver.