jueves, 10 de enero de 2008

Vuelta a... Rennes

Llorarás en la despedida.
Llorarás en el portal de tu casa.
Te consumirá el lloro por dentro en la terminal.
Pero una vez dentro del avión, se acabó. Has entrado en terreno neutral, la tierra de nadie.
Los llantos se escapan por las salidas de emergencia (dos delante, dos en el centro y dos detrás), ¿alguien ha visto el miedo y la melancolía?
Qué cambio tan brusco, es extraño.

(8 horas después...)

... mientras subes, con un esfuerzo de héroe griego, las escaleras del metro y ver, tras tres semanas de olvido, la plaza de la universidad. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué esa atmósfera tan desconocida? ¿Dónde está el oxígeno que respiraba hace menos de un mes?
Qué cambio tan extraño, es tan brusco...
Tres semanas, que tan poco parece, es el tiempo suficiente para... bueno no sé. Simplemente para darte cuenta de que has cambiado de chip. Qué tontería.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiérote.
E necesito un abrazo teu.
:*

Malagueña Salerosa dijo...

E eu verte, rula.

:*