jueves, 25 de octubre de 2007

La sensación sublime de finales de octubre

Es increíble que la atmósfera pre-magostos se pueda acariciar con la punta de los dedos en una ciudad tan distante a Ourense como lo es Rennes. Se puede deducir a finales de octubre, con brumas matinales, sol de mediodía y frío continuado. El olor en mis fosas nasales, pituitaria y demás artilugios físico-cuánticos es el de las castañas cuasi recién caídas del árbol.
Si ahora mismo estuviera en el colegio, estaría dibujando un mural muy grande sobre papel marrón y con tizas de colores en el que unos niños hacen una hoguera de inconmensurables dimensiones con muchas castañas antropomorfas bailando alrededor: con sus ojitos, sus bracitos, sus piernitas... Tendría que subirme a una silla para llegar arriba de todo y rotular las letras con rotulador Edding 500 de color negro. Aún así, tendría que ponerme de puntillas porque no alcanzaría semejante altura. Parece mentira que la vida de estudiante de primaria sea tan dura y precaria.
Llegada al instituto, estaríamos pensando en qué día subir a Montealegre, qué comida comprar, quién llevaría la música y con una gran duda en mente: ¿nos lloverá?
A día de hoy, camino por la calle a paso ligero, sonriendo, con una bufanda de colores al cuello, una caja de cereales en las manos y respirando el olor del aire de finales de octubre. Es tan concreto, tan tangible... Me pregunto en qué estarán pensando los ourensanos ahora mismo.
En lo que se refiere a mi ente pensante, no estaría mal salir a la calle, comprarle a una señora con un pañuelo en la cabeza y arrugas en las manos un cucurucho de castañas bien calentitas y comérmelas dando un paseo, de esos que te dejan la nariz roja, bien roja. Entonces alguien vendrá y me apretará la nariz con fuerza durante 2 segundos y 58 décimas y entraré en calor.

Et voilà.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo ya tengo ganas de que en Zaragoza comience a hacer frío para comer castañas asadas...
Ya se empieza a notar el vientecillo por las nohces, pero aún se puede aguantar, ;-)

Y tranquila que no me enfado porque te den miedo las cosas que estudio... a mi también me ocurre!!! ;-)

" MUCHOS TETOS " dijo...

Conozco esa sensación. pués tambien hubo años, que me toco vivir el día 11/11, fuera de este pequeño pero hermoso paraiso que es Ourense. Mas te dire, este año ese día festivo como cada año por estes lares, el que suscribe, estara de Curso (GAs Natural) enla capital del Reino. Ya somos dos. Pensaré en ti como cada día.pero juntando el poder de nuestras mentes, podremos comernos esas ricas castañas asadas (aunque ya sabes que a mi no me gustan mucho.)
Besitos.

Anónimo dijo...

Aquí hay castañas asadas! Aunque creo que se llaman algo así como castane prajite... Y también hay pipas de girasol, aunque no saben tostarlas, y ¡Peskitos Pescanova! Sí sñor, para no morir de a) bocio o b) intoxicación por ingerir pescado en mal estado, tengo que comer deliciosos Peskitos,,, ;S


Adórote, esta vez desde Timisoara, no desde Iasi, que ando de viaje.

Anónimo dijo...

Están los Pixies tocando en un concierto:
"This monkey's gone to heaven..."
Francis se da la vuelta:
-Stop!! Fuck!! Blah blah!
Le hace el faquiu al público, y, en medio de la canción, se piran.
Vuelvan tres cuartos de hora después...y no la terminan!!!

Malagueña Salerosa dijo...

Ese chiste lo cuenta una persona magnífica desde el mismo día del concierto de los Pixies en Benicassim!!!

QUien eres por dios!